Haber sido, sucesivamente y simultáneamente, esa persona, esa persona y esa persona tiene una ventaja clara: observo, entiendo y aprecio cada casa que vendo de forma integral.
Lo que significa que no sé mirar una casa sin mirarla con ojos de arquitecta, con ojos de quien ha comprado ya cuatro, con ojos de quien ha vendido innumerables.
Y quien dice casas, dice edificios, fincas, hoteles, apartamentos… Urbanos y rurales.
En cada uno de esos ojos llevo gafas, obvio.
Toda ayuda es valiosa.