El apartamento se trata de un ático en un edificio del casco antiguo de Palma, con unas magníficas vistas de las torres de las iglesias y el mar al fondo. En el estado inicial, la vivienda estaba completamente compartimentada en pequeñas estancias. La reforma modifica la distribución, quedando un único espacio estar-comedor-cocina con el dormitorio y el baño exentos.
Se abre un gran hueco a la terraza que se tamiza con una cortina para preservar la intimidad de la vivienda, ya que la terraza es comunitaria. Este gran hueco ayuda, además a fomentar la ventilación cruzada entre la fachada principal a la del patio.